AUTOESTIMA SEXUAL

Existen construcciones culturales que mencionan que el cuerpo como está dado no es suficiente, ubican al cuerpo como un objeto de deseo, que para ser deseable ingresa a una carrera sin fin; persiguiendo al nunca es suficiente, maltratandole continuamente, en la búsqueda agotadora por tener un cuerpo perfecto, impuesto por los cánones de modelos externos.

Desafortunadamente, los medios de comunicación, las películas, la publicidad, hace que una se esconda del propio cuerpo. El juzgamiento continuo aleja del placer, en lugar de estar disfrutando se piensa en lo que se debería cambiar del cuerpo y cuando lo acarician llegan los pensamientos circulares de cuánto se ha engordado, lo flácido que está,  nos sumimos en la inconformidad incesante, siendo muchas veces potenciada por la inclusión de aspectos del pasado, experiencias actuales relativas al contexto familiar, de pareja, relaciones con amigos, y la historia sexual, por lo que los factores interpersonales tienen gran relevancia.

La autoestima sexual son todos aquellos pensamientos, percepciones, valoraciones, que hacemos sobre nosotras mismas, cómo nos percibimos, aceptamos y nos sentimos con nuestro cuerpo y la medida de confianza que tenemos de la propia sexualidad. Con qué facilidad se percibe con seguridad cuando se va una relación sexual, cuán confiada se puede encontrar en la respuesta sexual, cuán satisfecha se está con la relación sexual, cuán merecedora se está con el propio placer, y el disfrute de la sexualidad y cuán libre se puede sentir de expresar los propios sentimientos sobre el sexo, son preguntas que más de una vez nos han robado la calma. 

Mientras más cómoda se encuentre con el cuerpo de una misma, más se define como organismo sexualmente receptivo. Poner en conciencia cómo se puede hacer para sentir más seguridad, refleja un carácter positivo con relación al sexo, acompañado de una actitud que excluye los sentimientos de culpa, ansiedad sexual y depresión. La vergüenza, es cubrirse el cuerpo, hay que desnudarse física y emocionalmente. Desconectarse de lo que uno quiere y de lo que necesita no como único fin, sino como un medio para sentir comodidad.

Rebobinar la película y decidir ser fiel a sí misma, en dónde descubrir tu propio placer sea la prioridad, gozando más, disfrutando del cuerpo, colocándose a uno mismo primero, pensando en lo que es apetecible y satisfactorio; el placer es lo que se despierta para uno, viviendo en la autenticidad. 

El placer invita al placer, no se trata de un optimismo excesivo que te evade del presente, se trata de que el mapa de tu cuerpo lo conozcas tú, este es un camino de evolución. Cuando hacemos esto, el peso se va haciendo más pequeño y el camino se hace más ligero. Reprogramar y conectarte con la abundancia natural que eres, de soltar ataduras limitantes y disfrutar dejando los lastres de castigo y culpa.

¿Te atreves a conocerte por dentro, con una sexualidad plena, libre y satisfactoria? ¡Adelante!

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