RED FLAGS

Originalmente el uso de las banderas rojas comenzó a extenderse para mostrar asuntos muy serios o para reforzar el sentimiento de apoyo entre víctimas de abusos en las esferas de la Internet. Este término se suscita en las relaciones familiares y sexoafectivas, como en un ámbito laboral o educativo. Son conductas o patrones que se pueden leer en una relación y se representan en actitudes abusivas o en micromachismos. Sin embargo, su viralización ha llevado a que muchas personas las empleen con intención cómica, humorística, desvirtuando su intención original.

Cualquier relación tiene un gran componente de negociación inicialmente, conllevando a un proceso de ajustamiento mutuo, exponiendo sus necesidades y puntos de vista, sin que por ello se pierdan las necesidades y puntos de vista del otro/a. 

Estas líneas rojas de la relación que ponen sobre aviso cuando se está conociendo a alguien, son muy comunes, por ejemplo, cuando estás saliendo con alguien y esa persona no tiene ningún tipo de cuidado contigo: desaparece, deja de responderte los mensajes o responde de manera agresiva acusándote de desquiciada/o, llega tarde y no te avisa, desconsiderando tu tiempo, siendo un comportamiento repetitivo, por lo que es bueno entender lo que se traduce de una conducta. La red flags de la persona por ejemplo es como habla de sus ex parejas o como trata a las personas de su alrededor, esos patrones alertan.

Y cuando se está en una relación más estable las red flags anuncian una actitud controladora que demuestra una relación vertical en la que hay un poder y una tendencia a vigilar y castigar,  por ejemplo, se enoja cuando tú quieres ver a tus amistades, cuando por el control quiere saber todo de ti, con quién y en dónde estás a toda hora. Las relaciones contaminadas por el ejercicio del poder y control son las que te hacen cambiar de hábitos a hacia polos poco saludables, son aquellas en las cuales se evade las conversaciones difíciles o se impone razones sin capacidad de empatizar.

En otros espacios habrá banderas rojas cuando el otro/a menosprecia tu capacidad o no te toma en serio, eso genera un círculo destructivo en el que de a poco se daña la autoestima y se pierde el amor propio. 

La cuestión es observar con claridad lo que está ocurriendo y no aceptar nada que te haga sentir incomoda/o, mal, inquieto/a, o que la dinámica de la relación deje de ser placentera, disfrutable y se convierta en tormentosa.

Cuando hay algo que te está moviendo, que te hace sentir mal, cuando se siente la molestia, es necesario identificar, reconocer y detenerse para poner atención a los propios límites personales. Finalmente, no existe una receta secreta para saber cuándo es momento de terminar una relación, pero es cierto que existen señales que pueden ayudarnos a darnos cuenta que no vamos por el mejor camino, y se convierten en una alerta para cuidar de ti, de tu corazón.

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