Vivimos en una cultura de evasión personal-social y alienación, en la que nos ocupamos tanto de algo material o de aquello perentoriamente placentero, que nos apartamos de lo esencial, somos extraños/as, a nosotrxs mismxs; por ello necesitamos especialmente caminar hacia el interior persona.
Evadimos cuando permanecemos dormidos ante una cultura de consumo en el que están comprometidas prácticas sociales, identificaciones y ensoñaciones que abarcan la totalidad de nuestra vida, siendo un hecho global que se apodera de nuestros espacios, tiempos, relaciones que determinan nuestra identidad.
Ahora que vivimos en una era de abundancia de información, con apenas unos toques en el móvil, podemos acceder a documentos, vídeos, artículos, infografías, entrevistas, etc., sobre cualquier tema de interés. Si bien promueve el conocimiento inmediato, también genera distracción confusión y parálisis de lo esencial.
Es normal que tengamos ambición, y que queramos hacer y lograr cada vez más, pero también es necesario conocernos bien, aprender acerca de nuestro ser actual, o quizás nuestro pasado reciente; repasando acerca de unx mismx introspectivamente, de una manera que nadie más puede. Sería bueno reflexionar, si lo que se vive día a día y la forma de como trabajamos es la opción más sana que tenemos.
Muchas veces confundimos el camino interior con el adentro del hombre o la mujer. Aprender a reconocer que el adentro no es posible sin el afuera, sin una relación tensionante fecunda. Para que el camino constituya un viaje integrador hay que hacerlo de adentro afuera y de fuera adentro, así creamos una herramienta para la persona y la vida. Si se vivé sólo afuera nunca se sabrá quien se es; si se vive sólo adentro nunca sabremos quienes pudimos ser y qué hubiéramos hecho por el mundo. Para que el camino sea genuino se debe armonizar comparablemente, percepción-vivencia, objetividad-subjetivismo, así se trataría que el afuera y el adentro, sean los pies que permitan hacer camino hacia unx mismx.
Si bien el viaje podría ser arriesgado, también es integrador. A veces los miedos a encontrarnos con la nada o las distracciones de pensamientos dolorosos, sistemas cognitivos y afectivos que generan una experiencia de sufrimiento, aparecen; para que funcione debemos aprender a decir No, y cuidar de nosotrxs, apoyarnos del mapa de la cabeza y el corazón, y situarnos en nuestro territorio psicológico, espiritual, etc., sin perdernos. Aprender a descansar y dialogar por el camino.
La tarea apasionante es la que proviene de un verdadero autoconocimiento, de saber de verdad quién somos y cómo somos. Saber experiencialmente qué y cómo he aprendido de mí mismx. Estar al corriente qué pertenece al medio y qué es verdaderamente lo que expresamos. Desde aquí conocer cuáles son las necesidades y deseos más profundos que habitan, obteniendo una visión más clara de todo.
El camino recorrido será la conexión con el interior, con el corazón, creando un espacio para disfrutar de la propia compañía- es vital observar este vínculo-. Disfrutar del silencio para escucharse, la felicidad no solo se encuentra en todos los logros alcanzados sino también en la sensación de paz que envuelve cuando todo va bien. Empezar a vivir desde el amor propio, se traducirá en un mejor manejo de energía, requiere tiempo, pero sobre todo requiere ganas, ganas de ir hacia el núcleo donde en verdad la prioridad es unx.
Cruza la puerta ahora mismo, inicia una aventura emocionante. ¡Aún hay mucho por descubrir dentro de ti!