HATERS – HOSTILIDAD DIGITAL

Bajo el influjo poderoso de esta nueva forma de interacción social que son las redes, unos más que otros subimos contenidos y materiales que los valoramos como útiles, beneficiosos o que responden a la simple necesidad de exposición, pero que deberían merecer el respeto expresado en un disenso cortés o ser de plano ignorados. 

Integramos nuestro Yo digital a esta sociedad (bits), por medio de nuestro móvil o del ordenador para crear, aprender, producir, conocer, mostrar, suscitar, en fin, para dejar nuestra huella probablemente eterna, sin importar los riesgos, para el Yo real con la interacción virtual. 

Big data está al servicio de alguien que lo domina, explota su inteligencia y le impone límites. Las personas que ingresan a las redes para atacar a otros, son seres morales dotados de discernimiento y representan un riesgo que es motivo de atención de las leyes penales. Sin embargo, en las redes también existen personalidades hostiles que se divierten escarneciendo impulsiva y metódicamente las producciones y posteos de los demás. 

Los haters, deambulan, atacan crudamente con la burla, la ironía y el cinismo, en muchas ocasiones disimuladamente en memes o contrapuntos fuera de tono. Se revisten de una falsa suficiencia moral, estética o política pretendiendo imponer sus ideas sobre cualquier tópico; está personalidad del mundo virtual que desde atrás de un teclado expresa la crueldad usual del que está ensombrecido por la envidia. No escribe meramente por disentir, chocar y divertirse con su humor negro, ni como el troll que busca sobresaturar, provocar y confundir, sino que siempre se activa con el objetivo de lastimar. 

Hater, ha obtenido un saldo negativo en la comparación social que es inherente a toda relación entre personas, más aún cuando se da en un escenario con espectadores como las redes sociales o actividades en línea en la cuales menudean los likes que la multitud anhela.   

El hater es incapaz de tolerar o dejar pasar sin más cualquier entrada, porque la envidia lo arrastra compulsivamente al teclado; jamás arremete contra alguien a quien considera inferior, lo hace con los iguales y con más razón con quienes le “ofenden” con su superioridad o su abundancia. Su envidia es el típico sufrimiento por el bien del otro y con un odio exacerbado cuando ve que ese otro, tiene lo que tanto anhela. 

La envida y la ambición son dos defectos morales inseparables en la personalidad hater. El filósofo Hobbes nos dice que si el éxito y la admiración que alcanzan otros, estimula las potencialidades para igualarlo y superarlo es un impulso de emulación, pero si lo que se busca es obstaculizar, eso es envidia. 

La gran democratización de la información científica, política, artística, y de toda manifestación de cultura, a través de la internet ha favorecido el aparecimiento de haters que hacen lo suyo desde atrás de una pantalla eludiendo la honestidad de hacerlo con argumentos, cualquiera puede ser el blanco de su odio y envidia, nuestras niñas, niños y adolescentes en sus redes escolares y sociales sienten con más crudeza esa crítica malsana que menoscaba su imagen pública quebrando su autoestima. 

Nuestros nativos digitales apuestan todo su capital de popularidad subiendo a la red sus fotos, relatos, actividades en espera de aprobación e inclusión con sus coetáneos, es importante dialogar sobre los riesgos de los ciberdelitos, aún más conocer que todos podemos ser víctimas de medios digitales.

Tenemos que ser responsables con los pasos que damos y las decisiones que tomamos, no te defraudes a ti mismx, piensa seriamente, nadie puede saber que es lo mejor para ti, mas que tú, a menos que tu le des permiso para hacerlo. 

¿Cuáles son los límites que necesitas poner en este cobertizo social del mundo virtual?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.