La cultura oriental señala dos formas de pensar acerca del dinero: una es la forma correcta y la otra, es la popular, la que desde el sistema educativa hemos recibido, que está en los libros que tratan de inteligencia financiera, acciones, intercambios, etc., pero realmente no es lo central de nuestra vida. Desde la infancia, y a merced de los grandes teóricos de la economía se suscita el convencimiento de un principio de escasez de todos los productos, de las materias primas, de los recursos, de que los bienes terrenales y la calidad de vida son algo escaso por lo que hay que luchar por conservar.
Pasamos 70% de nuestro tiempo en un trabajo a cambio de dinero, se podría decir que transitamos alrededor de quince años en un sistema educativo que nos prepara para conseguir dinero y aun así el dinero es una de las mayores preocupaciones para la mayoría de las personas del mundo.
De acuerdo a la información expuesta en The Wall Street Journal-periódico estadounidense, señala que todas las malas decisiones son causadas por personas muy inteligentes con un alto coeficiente intelectual, pero con un bajo coeficiente emocional. Según se piensa el coeficiente emocional respecto del dinero, es la relación que cada persona tiene con el capital, qué tan sana es y cómo gestiona su energía alrededor del dinero.
La perspectiva que orienta al dinero más común y funesta, es la de la escasez. Radica en pensar que el mundo no ha sido justo con cada persona y es cuando se cree que, si no consigue algo de prisa, alguien se lo llevará, se actúa desde el miedo, la avaricia y los celos, terminando en el agobio por pensar que otro se llevará lo que a uno/a le corresponde.
La forma correcta de relacionarnos con el dinero, sería cambiar a una visión zen, en la que la meta sea hacer lo que se ame y vivir de ello, de esta manera se trabajará con inteligencia emocional lo que se traduce en recibir el dinero con alegría y dejar que fluya, es por eso que cada vez que se paga algo o se recibe un cobro a la cuenta o tarjeta, se debe estar agradecido. Desde lo más mínimo, por ejemplo, (da gracias) al comprar un café en la mañana o por los gastos recurrentes como el pago del agua o la electricidad hasta los gastos más grandes.
La gratitud ha estado presente en la humanidad desde siempre, cuando se es consciente con convencimiento por ello, al dar las gracias, teniendo pensamientos positivos, cada persona genera su felicidad, y puede ver lo bueno que le rodea, siendo consecuente con el propio estado mental.
Ken Honda dice: el dinero es energía, “cuando te pagan por algo y cuando pagas por algo es un intercambio energético dar y recibir, de esta forma el dinero fluye a través de ti”, uno de los cambios de mentalidad cuestiona que las personas no somos una represa, donde todo el dinero que se recibe debe quedarse estancado, al contrario, somos conductores/as, el dinero llega y sale.
Arigato es la palabra oriental que se traduce como gracias, que tiene su intención según el agradecimiento se refiera a algo que aconteció en ese instante, o a algo del pasado, es un estado de profunda gratitud.
Existen tres niveles de consciencia en relación con el dinero: primero hay personas que no se sienten cómodas y libres en su relación con el dinero, les cuesta conseguirlo, se encuentran en una lucha constante por obtener plata para el siguiente mes y para cubrir sus necesidades, es decir el dinero es como el hielo: quema, se resbala de las manos, se diluye al instante. El segundo, es cuando el dinero es como un río que fluye constantemente, sabes que puedes tomar lo que necesites, aunque aún sigue requiriendo trabajo pues se tiene que ir al río y sacar el agua, pero no angustia el fantasma de la escasez. Y por último la relación en la que el dinero es como el aire (no te das cuenta que estás respirando) está en todos lados, es como el oxígeno, puedes inhalar todo el que necesites. En este nivel no hay preocupación por el dinero porque éste llega en el momento que se necesita.
Reconocer en qué nivel se encuentra cada quien, y cómo es la relación con la plata, permitirá generar pequeños cambios de creencias que pueden representar por decantado, un gran cambio en la vida. Cuando se agradece se atrae más.
Esta sencilla pero poderosa técnica puede reprogramar tu mente, tus finanzas, te permitirá fluir y reorganizar tu vida para darle libertad. No se trata de una propuesta ilusoria adecuada solo para las gentes con trabajo y recursos, no, se trata de usar la palabra para arigato para modificar tu conciencia de la supuesta escasez, de la veracidad de tu urgencia y de la real necesidad que tienes.
Arigato no pretende elevarnos a un estado contemplativo sino a un posible cambio emocional ante una sociedad de consumo.
¿Cuánta salud financiera tienes? ¿cuánto te preocupas sobre el dinero? ¿Cuánta paz tienes?