En muchas ocasiones la sensación de ansiedad es sentida y causada por la anticipación que se asume ante algún evento o experiencia imaginada, produciendo una reacción biológica que el cuerpo lo experimenta con un conjunto de señales que son interpretadas como temerosas. El sentimiento de aprensión es similar, independientemente de las situaciones externas.
Si bien es cierto cualquier estímulo neutro podría convertirse en un estímulo negativo por condicionamiento, de tal manera que su perspectiva nos provoque miedo si se asocia suficientes veces la presentación de dicho estímulo a un castigo, una pérdida, a la inmovilización, al rechazo, sufrimiento, etc.
Repudiamos sentir que algo no lo tenemos bajo control, la incertidumbre nos incomoda pues es la parte emocional de la dificultad para gestionar la información y elegir. Y sin embargo la vida a menudo nos pone a prueba, situándonos ante el abismo donde una voz imperativa nos dice 1, 2, 3, salta!!
Por lo general, nos cuesta hacer actos de esperanza, resistimos a confiar en unx mismx, en asumir que saldrá bien y que todo va a pasar. Existen varios miedos en nuestra cabeza, muchos son hipotéticos desengaños que impiden el gran movimiento, entre la seguridad aparente y saltar al vacío. En ocasiones alcanzan los intervalos cumbre en la vida, cuando hay que tomar una difícil decisión y no la tomamos, cuando la vida se viste de duda, tenemos el agua al cuello y nos falta el aire por los abatimientos, o cuando todo parece difícil y es más fácil huir que permanecer afrontando.
En esos momentos es cuando bajo el panorama desolador damos paso a la confianza, siendo un factor perentorio en prácticamente todas las facetas de nuestra vida, desde una perspectiva concreta (respecto a la pareja) o genérica (la vida en general). Cuando confiamos en nosotrxs mismxs, nos damos el permiso para aprender cosas nuevas, rompemos las reglas impuestas, somos más proactivos y eficaces, incluso cuando se confía en el futuro, en los demás, se vive desde la felicidad-tranquilidad, las relaciones se tornan auténticas y enriquecedoras.
El poder y la capacidad habitan en unx mismx, no obstante, con el pasar del tiempo olvidamos, las intenciones iniciales y mal gestionamos las emociones, impidiéndonos ver soluciones, nuevas vías para alcanzar objetivos, metas, pequeños logros que nos hagan recobrar la fuerza, de donde parte todo.
La toma de decisiones nos vuelve responsables de nuestra vida, decidir siempre quiere decir dejar atrás la sujeción a la ilusión que las posibilidades siguen siendo ilimitadas, si bien es cierto no existen resultados perfectos, a menos que se tenga la capacidad de leer el futuro, y la idea en el fondo, con la vida, es juguetear con el riesgo de la incertidumbre, otorgando sabor a la existencia.
¡Qué difícil comprender que en la vida los desafíos son legados que nos ayudan a procesar cosas que no pudimos elaborar de otra manera! La vida, tiene mucho de saltos al vacío, y la diferencia radicará en que las personas que no quieran complicarse podrán quedarse siempre en la orilla del abismo, en el margen de las cosas, como voyeuristas del mundo que han deseado y de la vida de los demás. Otros en cambio, resolverán saltar, lanzarse al misterio e ir al meollo y a la esencia de las cosas.
Es entonces cuando si algo te gusta, vas por ello, y en aquel momento saltarás al vacío, observarás que se abren tus alas y volarás… a una vida sin ataduras.